Se va a enterar de lo que vale un peine. Con estas cosas no se juega, que todo tiene
un orden y estamos en fechas muy señaladas. Se ha pasado tres pueblos y tendré
que meterlo en vereda.
En cuanto a este por
mis muertos que no vuelve a ver otro amanecer. Su destino está escrito: lo
encerraré bajo siete llaves y las arrojaré al mar. Esta vez no pienso comerme
el marrón de defender al figura, que en un tris se coloca en medio del tinglado
y se baja los pantalones. Vaya cagada.
Juro por Dios que el
próximo año paso de armar el Belén