lunes, 22 de diciembre de 2014

vaya figura


Se va a enterar de lo que vale un peine. Con estas cosas no se juega, que todo tiene un orden y estamos en fechas muy señaladas. Se ha pasado tres pueblos y tendré que meterlo en vereda.

En cuanto a este por mis muertos que no vuelve a ver otro amanecer. Su destino está escrito: lo encerraré bajo siete llaves y las arrojaré al mar. Esta vez no pienso comerme el marrón de defender al figura, que en un tris se coloca en medio del tinglado y se baja los pantalones. Vaya cagada. 


Juro por Dios que el próximo año paso de armar el Belén   

jueves, 11 de diciembre de 2014

sistemático


El mensaje era claro, conciso, breve y letal: no insistas, decía. Seis meses y cuatro días de incertidumbre, anhelo e insomnio compendiados en dos palabras, diez letras y unas docenas de píxeles. Por fin una respuesta, suspira aliviado. Cuenta hasta veinte, vuelve a encender su teléfono móvil, elimina Laura Oficina de la lista de contactos y con un leve temblor en los pulgares escribe: “Lucía, pensarás que estoy loco pero….”    

domingo, 7 de diciembre de 2014

caracteres




Había escrito cien veces: te quiero. Con su vieja Olivetti Lettera 32. Cinco centímetros y medio para margen, encabezado y pie. Cinco te quieros por línea, veinte líneas. Página número 89. Al extraer el folio del carro para colocarlo en la ordenada pila de papel, situada a 30 centímetros de la máquina y a treinta centímetros del borde de la mesa, descubre, contrariado, que el segundo te quiero de la decimotercera línea aparece, de nuevo, en color rojo.