jueves, 11 de agosto de 2011

Roma no se levantó en un día

"Roma no se levantó en un día, pero sólo porque yo no tuve nada que ver en el asunto”.
Esta es una típica frase a Brian Clough (1935-2004), uno de los entrenadores de fútbol más carismáticos de la historia. Su arrogancia y salidas de tono lo convirtieron en una leyenda, un modelo a seguir. Bueno, también por convertir a un modesto como el Nottingham Forest en el mejor equipo de Europa, con el que llegó a ganar una Premier y dos Copas de Europa de forma consecutiva, en los años 78-79 y 79-80. Ah! y una Supercopa del 79 ante el Barcelona (Snif).

The Damned United (Tod Hooper,2009) se basa en una novela de David Peace, que narra los 44 días que Brian Clough estuvo al frente del Leeds United en 1.974, la etapa más oscura de su carrera. No es la historia de éxito y reconocimiento que podría dar un personaje así, sino la de un fracaso provocado por su carácter y el resentimiento hacia su predecesor en el cargo. Don Revie había convertido al Leeds en uno de los mejores equipos de la liga, pero tras 16 años en el cargo fue llamado a dirigir la selección inglesa. La directiva decidió sustituirlo por Clough, hasta entonces entrenador del Brigthton & Hove Albion, al que dejó, nada menos que en el puesto 19 de la tercera división.

Pero no fue contratado por los resultado de esa temporada, sino por los obtenidos en su etapa en el Derby County, que dirigió entre 1.967 y 1.973, y al que ascendió a primera división, hizo campeón en 1.972 y llevó hasta las semifinales de la Copa de Europa, donde cayó ante la Juventus tras unas polémicas decisiones arbitrales en el partido de ida, motivo por el que se despachó a gusto en la rueda de prensa. ¿Os suena de algo?. Entre declaraciones fuera de lugar, contrataciones sin el consentimiento de la directiva (especialidad personal) y desencuentros varios, dimite y se va a entrenar a otro club de tercera.

Clough odiaba a Revie desde que este no le dio la mano en un partido anterior, convirtiéndolo en el archivillano al que derrotar. Así lo primero que les dijo a sus nuevos jugadores en el vestuario fue algo tan sutil como esto: “hasta donde yo sé, podéis tirar todas esas medallas que habéis ganado estos años a la basura, ya que las ganasteis todas robando”, en referencia al juego marrullero implantado en el equipo. Total, como el mismo reconoció, intentó hacer en unos minutos lo que hubiera llevado hacer en años. (¿Cómo Camacho en el Madrid Galáctico?), y claro, fue un desastre. Tras 44 días en el cargo fue despedido, por lo que a mitad de temporada se fue al Nottingham Forest, un modesto equipo de la Segunda División.

Para su tercer año se trajo a su segundo, Peter Taylor y consiguió el ascenso. Con buen ojo ficharon retales y descartes de otros equipos y el primer año en primera (año 1.977-78) consiguieron el doblete: liga y copa (de la liga). En la 78-79 volvieron a ganar la copa y la ¡Copa de Europa!, nada menos que….al Malmo (einhg?). En la siguiente una Supercopa (al Barça) y ¡otra Copa de Europa!, esta ver al Hamburgo en el Bernabeu. No es extraño que Clough estuviera en el club durante 19 temporadas consecutivas, en las que consiguió otra copa de la liga y llegó a unas cuantas finales, manteniendo al equipo 16 años en primera. Al final se bebía bastantes más copas de las que ganaba y vino el descenso y el retiro tras la 92-93.

Aquí tenéis dos resúmenes de las finales: 1.979 y 1.980.

¿Cómo es eso posible?. Un modesto de segunda división, hecho a base de retales asciende y gana la Premier en su primer año, el siguiente gana la Copa de Europa y revalida el título un año después, ganando también la Supercopa. Convierte al equipo en la referencia en Inglaterra y Europa, todo ello sin un presupuesto estratosférico. Creo que tiene un mérito asombroso. ¿Os imagináis al Real Murcia haciendo lo mismo?. Por soñar que no quede, alguien ya lo consiguió. Claro que eran otros tiempos, supongo que tuvieron que darse una serie de circunstancias:

La primera el binomio Clough/Taylor. El primero arrogante, atrevido, visionario, excesivo. El segundo calmado, con muy buen ojo para los fichajes y con gran capacidad de aguante; ¿quién sino iba a trabajar con el Sheldon Cooper de los banquillos?. Cuando estuvieron juntos hicieron cosas increíbles, cada uno por su lado los resultados fueron más modestos. Ambos se necesitaban. Formaban un equipo perfecto, pero a la vez difícil de mantener dados sus temperamentos. Por lo que parece es difícil reconocer que el éxito no solo es cosa de uno.

La segunda, la pujanza del fútbol inglés de la época. Entre 1.977 a 1.982, las seis Copas de Europa cayeron en manos inglesas. 3 del Liverpool, 2 del Nottingham y una del Aston Villa. Ser el mejor en la Premier suponía ser el mejor de Europa. Ahora que imponerse en casa al Liverpool de aquella época también debía ser complicado. Resulta raro que ganaran al Malmo en una de las finales (lo mismo eran buenos en aquella época), el Hamburgo si lo era.

Y la tercera (y más importante), la contención y racionalidad de este deporte en aquella época. Cierto que el fútbol era el deporte de masas, se habían trucado campeonatos y decidido fichajes por mediación de estados, y un título representaba el orgullo nacional. Pero las diferencias presupuestarias y mediáticas entre equipos eran menores. Un modesto podía ganar la liga o la Copa de Europa en un buen año. Hoy eso es más difícil. Veo casi imposible que un equipo distinto del Barça o Madrid gane la Liga, o que la Champions la gane uno distinto de éstos o de los otros 5 clubes ricos que hay en Europa. Y eso es malo, muy malo.

Como en la economía, las distancias entre los poderosos y los humildes se van acrecentando debido a los derechos de imagen, los contratos de patrocinio y la cuota de pantalla. De hecho podrían jugarse entre ellos los títulos como el Mundialito (vaya nombre…). El último modesto (que no lo era) que ganó la Champions fue el Oporto de Mourinho (2.004 a otro modesto, el Mónaco). Ahora solo los grandes llegan a las finales y por lo visto la pasada campaña, cada vez es más reducido el número de grandes.

Y el caso es que no estoy disgustado, mientras mi Barça gane títulos y sea la referencia en Europa soy feliz. Creo incluso que podría serlo exclusivamente con jugadores de la cantera, lo que tiene un mérito extraordinario visto el panorama, pero a veces me dan ganas de hacerme socio del Athletic Club de Bilbao. Me da un poco de vergüenza ser seguidor de uno de los grandes, de uno de los abusones. Cierto que los hay más y con menos mérito, como el City o el Madrid, que tiran de talonario para ser lo mejor. El éxito del Barça también demuestra que es necesario tener muy buenas reservas para fichar y sobre todo criar y retener el talento. Echo de menos la lucha y el equilibrio entre los clubes, la incertidumbre y la posibilidad de soñar. Soñar que un grupo de jugadores desconocidos puedan plantar cara a los grandes monstruos en los que se han convertido las sociedades deportivas. Que cada club tenga su estrella y no una constelación, que el esfuerzo y la motivación a veces venzan al talento, que los jugadores permanezcan en sus clubes por lealtad y que los periódicos no hablen durante meses sobre el posible nuevo crack mundial que desea jugar en el mejor equipo del mundo.

Hay quien ve en Brian Clough el antecedente de Mourinho, y desde luego tienen semejanzas. Ambos han conseguido grandes resultados con sus equipos al poco de llegar, ambos son dados a las declaraciones polémicas, tienen una gran dosis de soberbia y de crítica/desprecio a los rivales, y su fuerte es la motivación. Aunque también hay algunas diferencias. Uno motivaba a jugadores normales a rendir muy por encima de sus posibilidades y otro saca rendimiento de plantillas millonarias. No veo a Mourinho entrenando a un tercera si se va a media temporada del Madrid (mirad que dijo de Pellegrini), ni ha conseguido títulos con equipos realmente modestos (Oporto, Chelsea, Inter, Madrid, ¿United?) y tampoco lo veo en el banquillo del mismo equipo 19 temporadas consecutivas. En ese sentido no es un romántico del fútbol, quiere estar en el mejor equipo para ser el más laureado.

Un dato más. El Nottingham Forest se creó en 1.865. Ha estado 56 temporadas en 1º división y 55 en segunda o tercera. Ha ganado una liga, 2 copas de Europa, 2 FA Cup y 4 Copas de la Liga. De esos, el único título que no consiguió Clough fue una FA Cup. Hoy está en segunda, desde 1.998 no está en la Premier y entre el 2.005 y el 2.008 permaneció en tercera. Parece que sin nuestro protagonista no le han ido muy bien las cosas y demuestra el mérito de lo conseguido. Ese equipo no era un grande, lo hizo grande un par de hombres.

Os dejo unos cuantos cortes del Youtube: la entrevista real entre Clough y Revie que se reproduce en el film. Uno delos vídeos del año, el famoso porqué-porqué mourinhiano original (bueno, también el de los sugus de piña) y, de regalo otro de alguien que también considero predecesor de Mourinho.

Finalmente hablaré un poco de la película, solo un poco, tampoco es una obra de arte, pero es correcta y entretenida, que ya es mucho. Está dirigida de forma solvente por Tod Hooper y con guión de Peter Morgan guionista de The Queen (Stephen Frears, 2.006) que todo el mundo dice que es magnífico, aunque en esta no se lucio mucho. El guión es bastante confuso y el personaje de Clough no está bien perfilado. Como se centra en la época mala del personaje no hay nada heroico en ella, es más bien como una película de Ken Loach con un final optimista. Pero no esta mal vistos los precedentes, y motiva para investigar sobre el protagonista. El director arrasó en los últimos Oscar con El discurso del Rey (The king’s speech, 2.010), que es bastante buena. Como tampoco esta es mala y está rodando Los Miserables habrá que seguirlo con interés.

Aquí tenéis el trailer original de la peli, y el trailer en español, mas descafeinado.
Lo cierto es que si quieres hablar de fútbol y ligarlo con el cine lo tienes complicado, porque además de Evasión o Victoria (John Huston, 1.981) y la patética serie Goal!, solo me queda esta y Shaolin Soccer (Setephen Chow, 2.001), pero esa, amigos, es otra historia. De hecho creo que hay una maldición. Parece imposible hacer una buena película sobre este deporte. Creo que el único deporte cinematográfico de verdad es el boxeo, pensadlo. Lo cual es muy raro, porque el deporte rey, el más seguido e importante del mundo, no tiene aún una película cuanto menos potable. ¿Alguien sabe porqué?. Lo mismo es porque está en boca de todos, porque todos lo sabemos todo de este deporte, porque está hasta en la sopa, porque las noticias sobre el mismo tienen más ficción que realidad, porque los entrenadores y futbolistas actúan más y mejor que los propios actores.....
La misma historia de Clough podía haber sido esa película: buen delantero retirado prematuramente por lesión se hace el entrenador más joven de la liga y en poco tiempo y en varios equipos, todos bastante modestos, consigue un porrón de títulos y se convierte en el mejor entrenador inglés de todos los tiempos y uno de los mejores de su época. Hay tema ¿no?, pues no lo hay, cuentan lo peor de su carrera, su mayor fracaso.

Y creo que se podría hacer una buena historia ligada al fútbol, que basada en hechos reales asegurara tirón y/o nostalgia en los espectadores. Pues nada, en más de cien años de historia de cine y fútbol nada de nada. Propongo una de terror basada en el Atleti, una de desenfreno, lujo sexo y drogas con el Madrid galáctico de prota, una de mafiosos compra-partidos ambientada en el norte de Italia o una especie de Guerra de las Galaxias que termine con un Mourinho agonizante confesando a Guardiola: Soy tu padre……¿A que no es tan difícil?. Se admiten ideas