miércoles, 28 de julio de 2010

quién vive

lágrimas en la lluvia II



Rick Deckard (Harrison Ford) ha cumplido con su parte del trato. En una sola noche ha retirado a los cuatro pellejudos infiltrados. El es un simple policía y solo cumple órdenes. Eso es lo que se repite cada vez que aprieta el gatillo, cada vez que mata, que termina con una vida, aunque sea artificial. Por eso le cuesta mirarse al espejo, por eso vive solo, por eso bebe más whisky del que debe.

Su superior, Bryant, una especie de Torrente con tirantes no le ha dado opción: o los retira o deja de ser policía (“si no eres poli, no eres nada”). En este trabajo no existe objeción de conciencia. Claro que siempre puede renunciar, como hizo en su día desligándose del cuerpo de Blade Runners. Desconocemos su experiencia anterior y el motivo de su excedencia, probablemente los anteriores pellejudos no eran tan perfectos, tan humanos, quizás no desarrollaban pensamientos propios ni eran capaces de soñar. Tampoco eran solo máquinas. Nos encontramos ante un protagonista que antepone el trabajo a su moral, algo por lo demás bastante común, aunque opuesto al arquetipo del protagonista/héroe de película de aventuras a quienes nos tiene acostumbrado nuestro amado Harry y más cercano al investigador de cine negro del que ya hablé en si me tocas te mato.

Todo ha cambiado esta noche, una de sus victimas le ha perdonado la vida y se ha apagado ante sus ojos. Una replicante de la que está enamorado le espera en casa y tiene dudas sobre su propia identidad. Ahora, consciente de su bajeza tiene sin embargo una excusa para vivir (una esperanza en sentido laico). También para huir.

El lacayo Gaff (genial Edward James Olmos) le recuerda que ha de acabar también con ella, la replicante descubierta por el propio de Deckard en la Tyrrel, la mujer/máquina a la que ama:

- Lástima que ella no pueda vivir, ¿pero quien vive?

Con ello entronca la caducidad de los replicantes con la vida humana, entre las que no existen diferencias. La vida como una sucesión de experiencias es la misma para ambos. 4 años es poco tiempo de vida para un humano, mucho para una mosca, pero un humano artificial no deja de ser un humano, piensa como tal, por mucho que parte de sus habilidades y recuerdos sean implantados. Ahora, como diferenciar entre los implantados y las experiencias reales es otra cuestión. El propio Deckard tiene dudas, ¿y si el mismo fuera un ángel exterminador creado para terminar con otros de su especie? ¿y las fotografías que pueblan su piano, no parecen muy antiguas?¿necesita engañarse?, y luego está lo del unicornio, claro.

Cuando tienes un recuerdo de una criatura que no existe te planteas ciertas cosas. Es real porque lo has visto, es una experiencia propia y verdadera. Ahora, si ese animal solo existe en fábulas y cuentos tienes un problema. Ahora bien ¿alguien puede fiarse de sus propios recuerdos?. Yo, personalmente no estoy seguro de unos cuantos. Durante el sueño interiorizamos experiencias ajenas, historias que nos han contado, películas o libros que hemos visto o leído, los propios sueños, y los asumimos como propios. Se convierten en nuestros propios recuerdos. Luego, un buen día descubrimos que no, que una peli o un libro no es exactamente igual que lo recuerdas, que no fuiste tu quien inventó el chiste de la vaca, o que aquella chica nunca te miró de esa manera. Con el tiempo lo asumes y entiendes, el cerebro funciona así: los recuerdos anteriores a los 3 o 4 años son fruto de nuestra imaginación y parte de los posteriores también. Lo cual nos hace llegar a una inquietante afirmación: no puedes afirmar que tus propios recuerdos son reales, o cuanto menos exactos, y si esos son los que te definen como persona, los que han moldeado tu carácter o te han hecho tomar ciertas decisiones ¿puedes estar seguro que eres quien crees ser?.

Hoy puedes decir que eres mamífero, intrauterino, un homo sapiens. En ese futuro, ¿como distinguirse de ellos, por el ombligo? ¿Y si también eso está creado genéticamente?. Aún así no parece suficiente alteración para una nueva especie. En cuanto a la presencia o no de ombligo, además de Kyle XY existe un jugoso precedente en Cromosoma 3 (1.979), del gran David Cronemberg, solo para cinéfilos sin prejuicios y con algo de estómago.

Lo del unicornio, por lo demás tiene su miga. Scott lo incluyó la escena en el montaje del director (1.992), pero lo rodó tres años después de la primera versión (de 1.982), y pertenece a su película inmediatamente posterior Legend, de 1.985. De hecho no dudo que aceptara el guión de esta solo para poder rodar la escena. Yo creo más al director, pues casa mejor con el origami que deja Gaff como recuerdo de su presencia e indulto. Los críticos se cebaron en su momento, no solo por el hecho de usar un corte de otro filme sino también por entender que la historia perdía fuerza si el propio Deckard era su vez otro replicante, desluciéndose la contraposición humano-deshumanizado versus organismo-humanizado. En cuanto al primer pero hay que recordar que el propio estudio impuso un final (semi) feliz incluyendo un corte de El Resplandor (The Shining) de Stanley Kubrick antes de los créditos y una voz en off para explicar mejor la trama y justificar/humanizar al protagonista. En cuanto a lo segundo, tampoco es que los humanos reflejados en ese futuro (a un paso de que aparezca wall-e) sean muy distintos a los seres biomecánicos, de hecho ya hemos comentado que superan a los humanos en todo, también en empatía, quizás más por demérito de su modelo.

Os dejo un enlace con la escena (the dream) a ver que os parece el unicornio y las fotos:


Cierto es que se pierde parte de la esencia del filme, pero se deja la puerta abierta a muchas más interpretaciones. Así cada uno puede sacar sus propias conclusiones, hacer su Blade-Runner particular. Creo que ese es uno de los grandes aciertos de esta película. De hecho, al revisarla recientemente no solo no ha perdido su fuerza sino que es si cave mejor.

Dos apuntes más para terminar:

1: Eldon Tyrrel es más que un Dr. Frankenstein, es un Dios, el creador de una vida más perfecta que la humana, el Nexus 6. Su lema: Más humanos que los humanos. El problema de crear algo tan perfecto es que inevitablemente te supera, y eso supone tu fin. Eldon no solo es el padre de Roy, es su amante, la manifestación viva de todos sus anhelos. La lucha padre hijo acaba inevitablemente con la muerte del progenitor. La síntesis de la procreación acelerada de forma abrupta.

2: Es hora de morir (time to die): pronunciada en dos momentos del film tiene sin embargo connotaciones antagónicas. León como amenaza previa antes de acabar con Deckard, actitud por lo demás lógica: matar al verdugo esta justificado, ¿o no?. En labios de Roy es a la vez testimonio y testamento en el que se funde la desesperación por su próxima muerte, la resignación ante un fin inmediato y conocido, el perdón y la esperanza de vida que regala a su rival.

domingo, 20 de junio de 2010

lágrimas en la lluvia



Yo he visto cosas que vosotros no creeríais…,

atacar naves en llamas más allá de Orión.
He visto Rayos-C brillar en la oscuridad, cerca de la puerta de Tannhäuser.
Todos esos momentos se perderán… en el tiempo…
como lágrimas en la lluvia…
Es hora de morir.

Roy Batty (Rutger Hauer) dice estas, sus últimas palabras, en las azoteas del edificio Bradbury, apenas quedan minutos para el amanecer de un lluvioso día del año 2019 en la Ciudad de Los Ángeles. Ante si tiene a un maltrecho humano, un Blade Runner, un asesino a sueldo contratado por la policía para asesinarlo. Ahora este observa en silencio como se apaga ante sus ojos. Es el final de un viaje en busca de tiempo y respuestas.
Tiempo de vida: La compañía Tyrrel, cuando creó los Nexus 6 los dotó de una esperanza de vida de tan solo 4 años, una garantía para asegurar la supervivencia de la raza humana. Porque tras crear a unos replicantes que mejoraban a los humanos en todas sus facetas, estos pasarían a ocupar por derecho propio su puesto como abanderados de la evolución. Fueron creados para sustituir a los humanos en las tareas más ingratas y por desgracia resultaron ser demasiado perfectos. En teoría carecían de empatía, en teoría no podían desarrollar pensamientos y recuerdos propios. Ahora su tiempo se acaba y solo quieren prolongar su recién adquirida identidad. Para ello han que sacrificar unas cuantas vidas (humanas).
Respuestas a preguntas: Si soy una creación, una máquina hecha por el hombre a su semejanza, ¿porqué me siento humano? ¿porque soy capaz de sentir, de amar?. Mis recuerdos, ¿son míos o son implantados? ¿soy así o me crearon así?. Si me siento humano, si mis órganos son idénticos a los humanos, si soy capaz de soñar y pensar, ¿no seré entonces humano?. Si soy humano porqué tengo fecha de caducidad, porqué solo puedo vivir 4 años. ¿No es eso un crimen premeditado?. Si fui creado para desempeñar una función hasta el fin de mis días, ¿no es eso esclavitud?. Si soy un esclavo ¿no tengo derecho a revelarme?. Si me revelo y me persiguen, si contratan a un asesino a sueldo con autorización administrativa para asesinarme, ¿no es justo que me defienda?¿es justo que mi muerte se defina como retirada?
Sí. Roy tiene muchas razones para odiar a los humanos, y más al Blade Runner que tiene delante, Rick Deckard (Harrison Ford). El ha matado a sus compañeros de fuga, acaba de asesinar a su amada. Ansía venganza. Antes de llegar a esa azotea ha jugado con el, lo ha perseguido como a un pequeño roedor. Ahora es solo un animal asustado, un humano, un cobarde armado que mata a sus víctimas por la espalda. En su huida desesperada, al saltar a la azotea del edificio vecino queda gravitando sobre el vacío, precariamente asido a una resbaladiza viga de acero. Solo tiene que esperar a que se agoten sus ya mermadas fuerzas.
Es duro vivir con miedo, en eso consiste ser esclavo, dice Roy antes de agarrar firmemente la mano de Deckard, deteniendo su descenso al abismo. Su vida se agota y su antagonista es el único testigo de su existencia. Nadie le recordará tras su muerte, a él, el ser más completo, el más perfecto que ha existido. Por eso le perdona la vida, para vivir en su recuerdo como postrera forma de inmortalidad. O tal vez porque, cercano el fin, toma consciencia de lo precioso de la vida, lo injusto de la muerte. Se ve incapaz de privar a otro de lo que más anhela. Regala a su enemigo lo que no es capaz de retener, tiempo.
Con ello además le muestra que es mejor que los humanos que lo crearon y mataron, pues es capaz de perdonar, de ser más humano que los humanos, que tiempo atrás ya olvidaron los sentimientos que los definían y que por ello se ven avocados a la extinción.
Un apunte: el perdón como acto supremo de poder lo veremos en el te perdono de Amont Goeth (Ralp Fiennes) de la posterior La Lista de Schindler (Steven Spielberg, 1993).
Os dejo un enlace de la escena en versión original con una resolución digna:
Este es el monólogo final de Blade Runner (Blade Runner Ridley Scott, 1982), para muchos la mejor película de la historia del cine, la cult movie por excelencia y la más influyente de los últimos 30 años. Yo no soy tan maximalista, simplemente es MI película favorita (y eso es mucho). Un consejo: hay que verla, degustarla en sus tres versiones (1.982, 1992 y 2.007), doblada y en versión original y, si es posible, varias veces. Espero que al Sr. Scott se le ocurra hacer una nueva versión 50 aniversario, si a los 95 años todavía se ve con fuerzas.
Ridley Scott, tras rodar Los duelistas (1.977) y la mítica Alien (1.979) dirigió de forma magistral un guión perfecto, firmado Hampton Francher y David Peoples, inspirado libremente en la novela de Philip K. Dick ¿Sueñan los androides con ovejas eléctricas? de 1968. Revisados los diálogos de la película, su estructura, su tempo, uno no puede sino admirar a quienes tuvieron la osadía crearla y lamentarse a la vez por el nivel actual de los filmes de consumo de masas (por ejemplo Avatar). Bueno, para ser justos hay películas que no admiten comparación.
Blade Runner es otra historia, exige más atención. Su guión es muy sutil, poliédrico posee muchas implicaciones, muchas interpretaciones. Plantea problemas filosóficos esenciales como la naturaleza humana, la razón de la existencia, el conocimiento, la empatía, la muerte, el ser y el creador. ¿Alguien da más?
Si, yo en el siguiente artículo
Continuará


miércoles, 21 de abril de 2010

mon bête



Érase una vez…..
Un viejo comerciante arruinado, viudo, con tres hijas y un hijo adicto al juego. Dos de ellas presuntuosas y vanidosas, y la menor, Bella, además de bella, humilde y bondadosa (como la Cenicienta). Cierto día llegó la noticia de que uno de los barcos del mercader había llegado a puerto con mercancías. Sus dos hijas mayores le pidieron que les trajera joyas y vestidos, pero Bella le pidió únicamente una rosa.
Ese simple deseo, el más inocente y humilde, el único que es capaz de satisfacer el pobre progenitor, conllevará sin embargo su ruina, pues la rosa tiene dueño, y ese dueño es una bestia (refinada eso si), un pobre príncipe mago atrapado en un cuerpo de león por influjo bajo una oscura maldición. Por cortar una rosa de su jardín obligará al progenitor a entregarle su vida o a una de sus hijas. Bella, sintiéndose responsable se entrega a la bestia, quien ante su belleza, cae rendida a sus pies y la cubre de atenciones. El sufrido cautiverio fuerza el conocimiento mutuo, brota el ¿amor? y, como todo cuento que se precie, tiene su vivieronfelicesycomienronperdices*
No es cuestión de desvelar la historia, por lo demás conocida, sobre todo gracias al enorme éxito de la adaptación de La Bella y la Bestia (The Beauty and the Beast, 1991 de Gary Trousdale y Kirk Wise) de los estudios Disney. Esta no deja de ser una adaptación musical de este clásico del cine francés, del que toma gran parte del argumento, pero que difiere en el enfoque (más infantil y alegre) y en mala uva.
La Bella y la Bestia (la Belle el la Bête) es una película francesa, una joya del cine, escrita y dirigida por Jean Cocteau, nada menos que en 1.946, pero con un diseño de producción, fotografía vestuario y decorados que ya quisieran muchas películas contemporáneas. Como único pero se le puede reprochar que los diálogos y las interpretaciones pequen de afectadas y forzadas, quizás por el origen teatral del director, aunque no desentonan con el tono onírico de la obra. No en vano no deja de ser un cuento de hadas o fábula ejemplarizante, aunque sobre ello tengo mis dudas. Aquí os dejo un enlace con una pieza de esta joya, con el deseo de que os vicie lo suficiente para buscar el original para visionarlo con deleite:
El director, Jean Cocteau fue poeta, novelista, dramaturgo, diseñador, autor de libretos y director de cine francés, cuya versatilidad, falta de convencionalismo y enorme producción le proporcionaron fama internacional. Estuvo asociado con el movimiento surrealista y su obra ejerció gran influencia en la de otros muchos escritores. Conoció a Apollinaire, Picasso, Modigliani y otros artistas con los que colaboraría e influiría. A pesar de sus éxitos en prácticamente todos los campos artísticos, Cocteau insistió en que era ante todo un poeta y que todas sus obras eran poesía. Esta película es muy buen ejemplo de ello.
Leyendo el párrafo anterior observo un paralelismo entre Cocteau y Buñuel. Creadores polifacéticos rodeados de artistas con los que establecían relaciones simbióticas, que vieron en el cine una forma de expresión artística alejada del espectáculo y el puro entretenimiento. Estos (y otros), con su experimentación (a veces hermética, como toda obra de arte que se precie) contribuyeron a la consideración del cine como un arte como independiente, y no una mezcla de varios. Hoy, es cierto tenemos el videoarte y el cine comercial, tan alejados entre si en propuestas como cercanos es estímulo (nulo).
Cocteau adaptó para el film un cuento de hadas tradicional europeo que se recopilado ya en 1.550, pero que tiene sus orígenes en la tradición oral y cuyo argumento se remonta a la Grecia Clásica. De entrada, el cuento simboliza la animalidad integrada en la condición humana, pues en muchísimos mitos y cuentos populares se habla de un príncipe convertido, por arte de hechicería, en un animal salvaje o en un monstruo, que es redimido por el beso y el amor de una doncella. La bella y la bestia ha sido interpretada como la llegada de una niña a su mayoría de edad y a su sexualidad (Concebido el amor de su padre, como un amor puro, la niña percibe la sexualidad como algo perverso, y todo hombre que sienta un deseo sexual hacia ella es una bestia). Supongo que la variante batracia del príncipe encantado no encaja en el perfil, más aún si es capaz de cambiar de sexo, aunque ahí la historia ganaría en enredo y actualidad, ¿no creen?. Creo que quien eligió la rana lo hizo simplemente por asco.
También se ha interpretado como crítica a los matrimonios por conveniencia. La unión de una chica joven, con un hombre mucho mayor que ella, sin su consentimiento. Aunque el cuento critica estas prácticas, al mismo tiempo reivindica que, si las mujeres buscan en el interior de sus ancianos maridos, pueden encontrar al ser bondadoso que se esconde tras la apariencia de Bestia. O que ellas mismas consigan esa transformación por medio de su amor.
El cuento también se puede situar en un contexto psicológico. Los hombres suelen ser pasivos; Bella siempre es pura y virginal, y su mayor deseo es una rosa. Para griegos y romanos, la rosa era el símbolo del placer, asociado al lujo y a la extravagancia. Representaba la flor del amor y el romance. Resalta el amor de Bella hacia su padre, al pedirle que le traiga una rosa. Cuando el padre cae enfermo y moribundo, se puede interpretar como que el amor de Bella ya no es hacia su progenitor, sino hacia la Bestia.
Yo, cuando la ví por primera vez, a los 16 o 17 años, una madrugada en la 2 y en versión original subtitulada, quedé subyugado por la historia y la puesta en escena. Me pareció una bella historia de amor envuelta en el mejor de los recipientes. Veinte años después reconozco que la esa impresión cambia, pero no deja de sorprenderme. Es lo que tiene revisar buenas películas, pues cada vez que las ves descubres algo nuevo, o la interpretas de distinta forma según tu estado de ánimo o experiencias. Así que toca analizar algunos pasajes:
Sorprende que el deseo más humilde de la hija más modesta y servicial traiga como consecuencia la desgracia y casi la muerte del padre amado, y que la ruina de este coincida a la postre con la liberación y fortuna de esta. Si refleja el deseo de emancipación de los hijos y el dolor de los padres ante su marcha, no lo hace de forma ejemplarizante, sino que se nos muestra la realidad mediante una metáfora. Si, es cierto que bella siente pena por su padre, pero no duda en dejarlo atrás con las arpías de sus hermanas para emprender un próspero futuro con el príncipe.
Es cierto que Bella se termina enamorando de la Bestia, pero no queda del todo claro que lo haga tras descubrir su maravilloso interior. De hecho parece que queda encantada por las atenciones que le dispensa. Agasajada con joyas, vestidos y manjares, la cárcel-castillo se convierte en su hogar, y solo le aflige saber que su padre está enfermo. Renuncia a la libertad por la comodidad, podría decirse. Es más, durante su estancia en el castillo Bella le recuerda una y otra que la aprecia si, pero como un buen amigo, pues es una bestia y como es un ser horrible no puede amarlo (vamos, como en la vida real). De hecho vuelve al castillo no por amor sino en cumplimiento de la promesa dada y ante la certeza de su pronta muerte. Solo cuando se transforma en un bello príncipe es capaz de proponerse a amarlo.
En cuanto a la Bestia, ¿siente verdadero amor por Bella?. Cuando propone al padre como medio de salvación la entrega de una de las hijas no parece importarle su aspecto, formación o personalidad. Es un ser bajo una maldición, solo y sin autoestima. La llegada de Bella supone un cambio total en el castillo. Tiene a alguien con quien convivir (por la fuerza) y a quien colmar de atenciones. Su vida ya tiene un sentido. Si es así lo mueve más la necesidad, el miedo a la soledad, que el amor. Si por el contrario queda fascinado por su belleza, su amor no deja de ser material, se mueve por el deseo de su cuerpo, por sus hermosas facciones. ¿Se llega a enamorar del interior de Bella?, Si desde la primera noche suplica matrimonio para poder romper la maldición, parece que sus motivos no son tampoco del todo honestos.
La Bestia es muy refinada, viste de forma principesca y habla con un francés muy cultivado (mejor verla en VOS), pero por la noche no puede reprimir sus instintos animales. Mientras Bella no puede salir de su habitación, único lugar donde se encuentra a salvo. Son claras las referencias sexuales en este punto, en el que la Bestia se debate entre el deseo (animal) y la razón (hombre). Para mi el mejor momento de la película es cuando Bella le cuenta que solo pueden ser amigos y la Bestia, en ese mismo momento siente un ansia irrefrenable de comerse un tierno cervatillo que corretea por el bosque, o quizás a la misma Bella (¡cuantos habrán sentido ese impulso!).
Cierto es que el hombre es representado muchas veces como una bestia a la que le cuesta reprimir sus instintos, pero también es cierto que esa bestia ha sido domesticada por la belleza femenina. Bella trata a la Bestia como una mascota, como a un animal salvaje que solo ella logra refrenar, y la bestia se siente a gusto en su rol pasivo. No es extraño que cuando vuelve al castillo grita: Mon bête! (MI bestia). Véase si no esta película o cualquier otra que represente el mito del hombre lobo. Aquí les sugiero unas cuantas: En compañía de lobos (The company of wolfes, Neil Jordan, 1984), Lobo (Wolf, Nike Nichols, 1994) o Un hombre lobo americano en Londres (An american werewolf in London, John Landis, 1981).
No quiero, ni por asomo, pasar por reaccionario o misógino por expresar mi opinión sobre la historia que nos cuenta esta película. Un día te das cuenta que los cuentos infantiles con los que nos hemos desarrollado a lo mejor no son tan edificantes o instructivos como nos creemos. Si los valores que los inspiran han quedado obsoletos, ¿Por qué se siguen empleando para educar a las nuevas generaciones?. Si un cuento narra bajo subterfugios la realidad más oculta de la cultura europea medieval, constituye una lectura apta solo para adultos juiciosos con gusto por la arqueología. Sin embargo nos hemos criado con ellos y forman parte de nuestra forma de ser, aún cuando van en contra de nuestras convicciones. No es extraño escuchar aún hoy que los hombres se sienten atraídos por la belleza de las mujeres y las mujeres por el dinero de los hombres, que estas esperan su príncipe azul y ellos a la mujer de rasgos (y formas) perfectas, que el marido es un fanfarrón que hace lo que dice su esposa, etc…Que tales afirmaciones estén tan arraigadas puede deberse bien a que el modelo es fiel reflejo de la realidad y es intemporal, o bien a una deformación provocada por una incorrecta educación basada en modelos de conducta equivocados. Espero sinceramente que sea únicamente por este último motivo.
Finalmente, para nota y solo para los más iniciados: existe una ópera compuesta por Philip Glass en 1.994 en base a los diálogos del filme y que fue interpretada en directo durante la proyección del filme, a semejanza de la antiguas películas de cine mudo. Para quienes como yo no pudimos disfrutar de su representación en directo existe una versión editada en DVD que he podido bajarme de la red (gran invento, mal que le pese a la Sgae). Por cierto, que como nadie se ha molestado en subir ninguna escena de esta versión a Youtube os dejo la obertura con imagen fija (hay otra opción: un friki con tiempo libre ha colgado una versión interpretada por clicks de Famobil, así que quien quiera que busque, suerte) .

martes, 30 de marzo de 2010

ni un paso atrás


Cinco balas, cinco bajas. Desde una fuerte con una estatua dorada, casi impoluta, de unos niños jugando al corro, impasibles ante los innumerables cadáveres que se alojan en su interior, con un precario fusil de asalto y acompasando cada disparo al impacto de los morteros, comienza la leyenda de Vassili Zaitsev (Jude Law). Nos encontramos en Stalingrado, es el 20 de septiembre de 1.942.
Unas horas antes este joven pastor de los Urales, apenas un adolescente, descendía de un tren de carga de ganado atrancado con fuertes candados, análogo a aquellos con destino a los campos de exterminio nazi. Distinto objetivo y mismo resultado: la muerte
Los pocos soldados que sobreviven a la travesía por el Volga en débiles barcazas sometidas al continuo acoso de la artillería y aviación alemana, se preparan para el sacrificio. Un soldado recibe un fusil y otro un cargador de cinco balas, no hay armas para todos, bien por falta de suministro bien por exceso de bajas. Así el que lleva el fusil dispara, cuando cae quien lo sigue recoge el fusil y dispara. Miles de milicianos sin instrucción son arrojados a plaza abierta contra las líneas alemanas, profesionales, bien pertrechadas y en posición. Ninguna posibilidad de supervivencia, los que no caen por las balas alemanas lo hacen bajo las soviéticas.
El ejército rojo, que no puede equipar a los hombres que envía al frente destina sin embargo sus mejores armas en la retaguardia. Un cuerpo especial creado por la orden 227 de Stalin (conocida como la orden ¡Ni un paso atrás!), destinado a aniquilar a los pobres desdichados que osen no inmolarse por la madre patria. No hay piedad para los cobardes y los traidores. Consecuencia: ningún superviviente, al menos en apariencia, porque, ante semejante panorama a ver quien es el valiente que asoma la cabeza entre el mar de muerte que le rodea. Entre esos pocos afortunados entre miles, uno capaz de cambiar el destino de la batalla, de la guerra, de la Historia (a lo mejor me he pasado un poco, pero es lo que da a entender el filme).
Así comienza Enemigo a las Puertas (Enemy at the Gates, J.J. Annaud, 2001). En unos magníficos primeros 20 minutos nos muestra la crudeza, crueldad y estupidez de la guerra, en el resto un frío duelo entre francotiradores, una desesperada historia de amor, luchas por el poder, fama, celos, traición, propaganda militar, estrategia, política. Muerte y esperanza. No es una obra perfecta (¿Cuál lo es?), el guión tiene sus fallos, no tienes diálogos brillantes y algunas situaciones son un poco inverosímiles, pero tiene de todo y casi todo en su sitio, lo que la hace una pequeña maravilla. Aquí os dejo el enlace del trailer oficial de la peli, que resume de forma algo grandilocuente el contenido de la cinta:
Frente a las tropas y armas alemanas Rusia solo puede oponer carne. Ante el empuje alemán Stalin ordenó el sitio de la ciudad, no permitiendo la evacuación de los civiles para alentar a la milicia soviética. Las directrices las resume muy bien Khuschchev (Bob Hoskins) al general al mando: Ustedes tenían el deber sagrado de resistir. Y resistieron si, pero a que precio. En la ciudad y frente de Stalingrado fallecieron un millón de civiles y 500.000 soldados rusos, además de 650.000 heridos. 800.000 bajas tuvo el eje (alemanes, italianos, húngaros y rumanos) entre muertos y heridos. Casi tres millones de muertos en apenas 7 meses y medio (del 17 de julio del 42 al 2 de febrero del 43) en una batalla de egos. La ambición y orgullo sin medida de los caudillos termina siempre en una fosa común. Los muertos por la patria, los héroes, los salvadores condecorados, no son más que unos pobres adolescentes que intentan sobrevivir sin éxito a las órdenes de sus dirigentes. Bien es cierto que la guerra la inició un demente aupado por el resentimiento y el orgullo herido de una nación, al que necesariamente se debía frenar, ¿pero no había más opciones? A lo mejor solo Stalin podía parar a Hitler, su reflejo en el espejo, las dos caras de la moneda, su igual.
Entre tanto, el joven Vassili es aupado a la categoría de héroe gracias al Comisario de segunda Danilov, que ya tiene al héroe que necesita para elevar la moral de las tropas, sembrar la duda en el enemigo y de paso, ascender en la carrera político-militar. Las bajas de oficiales nazis precipitan la llegada del necesario antagonista, el Major König (soberbio como siembre, Ed Harris), un refinado comandante del ejército alemán con una deuda pendiente. Uno de esos malos con los que sentimos algo así como síndrome de Estocolmo. En palabras de Danilov, este enfrentamiento, entre un humilde pastor-cazador furtivo de lobos y un noble de Baviera cazador de vendados es algo más que un enfrentamiento entre dos naciones, es la esencia de la lucha de clases.
Mientras la ciudad estalla y se deshace a su alrededor dos francotiradores, dos hombres, deciden el destino de la lucha en un duelo a distancia, desde su fría mira de cristal. Y es que la muerte a distancia parece un juego, un deporte. A lo lejos no hay mucha diferencia entre un plato, un pato o la cabeza de un soldado. Es limpia, silenciosa, fría y piadosa. El infortunado no es consciente de su final, ni del motivo y ni del verdugo. El soldado es un mero cirujano que extirpa sin dolor y además puede presentar un inmaculado curriculum (entre 149 y 242 bajas acumuló Zaitsev). Recuerdo otra película, Savior (Predrag Antonijevic, 1998), en la que otro francotirador, Denis Quaid, deja a un lado la mira telescópica para involucrase en una guerra sucia, maloliente, real. El peligro de la distancia es la insensibilidad. Otra referencia. Existe un paralelismo evidente entre el encumbramiento del francotirador ruso como héroe nacional por el gobierno soviético y la mitificación del personaje (imaginario) de Freidrick Zoller, interpretado por Daniel Brühl en Malditos Bastardos (Inglourious Basterds, Quentin Tarantino, 2009)
Los dirigentes del mundo civilizado nos venden sus conflictos (el término guerra es tabú) como un anuncio de Tenn, con mayordomo incluido: misiles dirigidos, aviones espía, control por satélite y munición controlada nos aseguran una intervención rápida y limpia, con minimización del daño colateral, primero se eliminan los gérmenes sin esfuerzo y luego se pasa el algodón. Para garantizar el blanco se amañan informes, se silencia a la prensa, se ocultan víctimas, se miente. No hay demasiada diferencia entre guerras salvo su localización espacial y temporal. Esperemos que al menos estas no sean tan cruentas como la de Stalingrado (hoy Volgogrado), aunque un muerto es siempre más que un número, en Rusia, en Bosnia o en Afganistán, y la cantidad de bajas, el color de la piel o las creencias político-religiosas no hacen mas justa una causa.
Para finalizar manifestar que la película está basada en hechos reales, que Vasili Zaitsev es uno de los héroes de la extinta URSS (su fusil se conserva en el Museo de las Fuerzas Armadas de Moscú), que se le atribuyeron 242 muertes y en contra de lo que suele suceder, sobrevivió a sus condecoraciones (murió en 1991). En cuanto al duelo que se narra en la película también parece auténtico y está documentado, aunque como ocurre con los libros de historia o en los periódicos, el cine no es la realidad. De hecho pagamos para que nos mientan, nos den la razón, o nos hagan soñar.

sábado, 13 de marzo de 2010

tomare lo mismo que ella


Con esta frase finaliza una de las escenas más recordadas del cine contemporáneo. Como ha sido emitida, imitada, parodiada y homenajeada hasta la saciedad, no debería ser necesaria referencia alguna. En fin, como siempre quedará algún despistado, algún pobre infeliz que no haya disfrutado de esta maravilla, aclarar que esta frase, escena y fotografía pertenecen a Cuando Harry encontró a Sally (When Harry met Sally, Rob Reiner, 1989), la comedia de referencia de los 80/90, una de esas películas que forjan tu personalidad o forma de ver la vida (vamos, como La matanza de Texas).

Aquí dejo un breve enlace con parte de la secuencia para quien quiera ponerse en antecedentes.


Yo también pediría lo mismo, que conste. Aún siendo brillante no es, para mi gusto, el mejor momento del film, de hecho hasta le he cogido cierta manía por saturación. Parece que la película se redujera a esta única escena, y siempre tiran de ella cuando hablan de sus protagonistas. Siendo la más recordada, me parece injusto tanto reduccionismo. El caso es que debió ser una conmoción en su época, porque que en una comedia norteamericana para todos los públicos se hable de sexo, del método Stanislavsky aplicado al orgasmo, con actuación en directo incluida debió hinchar muchas venas. Seguro que hasta crearon un Lobby del estilo prodefensadelamoralylasbuenascostumbres de esos que tanto abundan en usamérica para parar su proyección.

Cuando Harry encontró a Sally es la referencia para la comedia romántica actual (al menos para mi generación, al menos para mi). Dirigida por un Rob Reiner en estado de gracia, su éxito radica en el guión de Nora Ephron. Si el primero siempre ha destacado es por su oficio (Cuenta Conmigo, El Presidente y Miss Wabe, Algunos Hombres Buenos, Misery...), y cuenta con otra joya en su haber (La Princesa Prometida, 1988), la segunda perdió su frescura e ingenio en proyectos menores nutridos a la sombra de este gran árbol (véase Algo para Recordar, Tienes un e-mail..., ambas adaptaciones/ homenajes de clásicos, también con Meg Ryan).

En cuanto a los actores, están tan bien que ha determinado el resto de sus carreras. De hecho se hace difícil ver a Willy Cristal en otro rol distinto a Harry Burns. Bueno, también es reconocida su contribución como maestro de ceremonias de los Oscars. De hecho hasta co-escribió y dirigió Olvídate de París (Forget Paris, 1995), que parece casi una continuación de esta. A mi me encanta, quizás por ser una rareza, pero si alguien logra encontrarla por ahí debería verla sin prejuicios.

Para Meg Ryan, Sally Albright marcó su encasillamiento definitivo en la comedia romántica, si bien en papeles mucho más insulsos en películas menores (salvo quizás French Kiss de Lawrence Kasdan). Y es que espectadores y lectores somos al menos un poco mitófagos. Cuando una película o historia nos llena, la entronizamos, la ponemos en un pedestal, y con ella a sus autores. Por contra no soportamos ver esas caras en otros roles (una traición a su recuerdo), tampoco nos los creemos en otro personaje (una traición a nuestra inteligencia). Para nosotros ese actor siempre será un personaje que a veces se disfraza de otro para sobrevivir, al que amamos y que solo a veces perdonamos.

Volviendo a la película y al leit motiv de esta: Los hombres y mujeres no pueden ser amigos. Para quienes no hayan visto la peli dejo este enlace y reproduzco dos diálogos de la película sobre el tema:
Año 1.977, entre Chicago y Nueva York....
H: Por supuesto te darás cuenta que nunca podremos ser amigos.
S: por qué no?
H; Quiero decir, y eso no es una artimaña de ninguna calase forma o manera que los hombres y las mujeres no pueden ser amigos, porque siempre se interpone la parte sexual.
S: estas equivocado, yo tengo muchos amigos varones y para nosotros el sexo no cuenta para nada.
H: No es cierto, solo tu crees que es así
S. Insinuas que me acuesto con todos mis amigos sin ni siquiera saberlo?
H: No lo que insinúo es que todos ellos quieren acostarse contigo.
S: No es cierto, y tu como lo sabes?
H: Porque ningún hombre puede ser amigo de una mujer a la que encuentre atractiva, siempre quiere acostarse con ella.
S. O sea, que según tú un amigo solo puede ser amigo de una mujer si no la encuentra atractiva.
H: No, tu también puedes querer acostarte con ellos
S: Y que pasa cuando no quieren acostarse contigo?
H: eso no importa, porque el sexo siempre está presente, por lo que la amistad se ve condenada, y ese es el fin de la historia.
S. Entonces tu y yo nunca seremos amigos, y es una lástima, eres la única persona que conozco en Nueva York.
.....Y 5 años más tarde, en la cinta transportapersonas de un aeropuerto:
S: Pensaba que tu creías que un hombre y una mujer no podían ser amigos
H. Yo nunca he dicho eso. Si tienes razón, no pueden ser amigos, a menos que estén comprometidos con otra persona, entonces si. Es una enmienda a la anterior regla. Si cada una esta comprometido la posibilidad de una relación entre ellos se desvanece. No tampoco da resultado porque la persona con la que mantienes la relación no entiende porque necesitas ser amigo de otro de sexo contrario ya que eso significaría que la relación adolece de algo y lo buscas fuera de dicha relación y cuando dice. “No es cierto, nuestra relación no adolece de nada”, la persona con la que mantienes la relación te acusa de sentirte atraído en secreto por otra que solo es amiga, coso que quizás sea cierta. Pero en fin, a quien queremos engañar, admitámoslo, lo que nos lleva a la regla antes de la enmienda que dicen que los hombres y las mujeres no pueden ser amigos. Quedamos para esta noche?
S: Harry, adiós
Habrá que concluir que Harry tenía razón, visto como acaba la historia. Luego un hombre y una mujer pueden ser amigos de alguien al que consideran atractivo cuando ambos están en período de entre-relaciones, no han sido ellos quienes han roto el vínculo y no se encuentran ávidos de emparejamiento, y aún así habrá dudas al respecto. La cantidad de malentendidos y sufrimiento que nos ahorraríamos en el devenir de nuestro aprendizaje emocional si las relaciones hombre/mujer se atuvieran a unas reglas cuantificables e invariables, que pudieran ser impartidas aún como asignatura optativa. Ahora, ¿en qué emplearíamos el tiempo que dedicamos a aclarar nuestras emociones?, ¿son precisamente esas heridas las que nos marcar y determinan nuestra personalidad?, ¿seríamos más felices?
Si de algo se nutre la mayor parte de las historias es de amor, sexo y amistad. Quizás porque son los ingredientes que más juego dan a un buen narrador, quizás porque son los tres elementos que nutren nuestra vida, quizás porque echamos en falta alguna de ellas o no alcanza la cota que esperábamos.
Las relaciones afectivas (amor, amistad) son esquivas y complejas, el sexo es más sincero y básico. La primera comprende a la segunda, por mucho que se intente negar (si quieres acostarte con alguien lo aprecias al menos un poco, ya por amor, por físico, por oportunidad o por simple necesidad). Si bien es mucho más sencillo identificar ese deseo que definir los sentimientos hacia alguien. Relaciones enmarcadas en el ámbito de la amistad tienen ingredientes matrimoniales, y viceversa. El amigo íntimo siente celos de la nueva pareja de su hasta ahora leal camarada; el cónyuge que lo comporte todo con su amigo/a no es capaz de ser sincero con su pareja.
El deseo de compartir toda tu vida, emociones y sentimientos con una persona se contrapone a la necesidad de mantener el entramado de relaciones que hemos tejido durante toda nuestra vida, para descubrir que estas están amarradas a puerto con lazo marinero, muy sólido si, pero que se desmadeja con un leve tirón. La corriente y la marea hacen el resto.
Un difícil equilibrio que no todo el mundo es capaz de sobrellevar, continua fuente de conflictos y discusiones. Al final habrá que hacer caso de los sabios y los profetas. Si John Lennon gritaba aquello de All you need is love y Jesús matizó la severidad del Antiguo Testamento con lo de Dios es (el) amor y amarás al prójimo como a ti mismo, habrá que concluir que el amor es una necesidad y aspiración básica para todos (un derecho de los de la sección I del Capítulo II) y que amar a alguien es desearle siempre lo mejor, aunque nos joda. Eso en la teoría claro, porque uno mira los preceptos básicos de la mayor parte de las religiones y en lo que se han convertido....Y bueno, así nos va.
Habrá que llegar a una conclusión básica:lo más importante es querer y ser querido. Porque cuando te das cuenta que quieres estar el resto de tu vida con alguien deseas que el resto de tu vida empiece lo antes posible.

jueves, 4 de febrero de 2010

y si me tocas te mato


Quienes, como yo, tienen cierta experiencia en esto de vivir (que por lo demás no tiene más mérito que el de despertarse cada día para ver que pasa), habrán escuchado la frase que da título a esta entrada decenas, cientos de veces. Probablemente la hayan pronunciado en alguna ocasión.

Utilizada como débil medio disuasorio ante la falta o ausencia de diplomacia, la he oído, en DO alto tembloroso, en la boca del esmirriado de primer curso en contrapicado ante el matón trirepetidor de COU; en la del macarra ebrio de pastillas y otros derivados al más macarra anabolizado con pinganillo de pega; hasta en la del cincuentón enrojecido a base de carajillos ante una ficha de dominó encasquetada con arte dudoso.

Entiendo la amenaza como un dispositivo de defensa de quien se cree inferior en un enfrentamiento en las que tiene las de perder. Una vacua amenaza para dotarse de cierto grado de confianza. El prostero intento de dejar alto el pabellón, aún manifestado a 20 metros de distancia o ya en plena retirada "estratégica", sin riesgo para el oponente.

Claro que si quien utiliza la dichosa frase es un tipo con cazadora planchada por un tren de mercancías y afeitado con una podadora, llamado Joe Hallembeck, alias el Ultimo Boy Scout, cuidado, mucho cuidado. Y si te pide un cigarrillo, si te pide fuego, no le des otra cosa. Se presto y diligente, porque si se enfada.... Bueno, mejor pincha este enlace:


Tienes un pitillo?/Pitillo? si claro toma un pitillo/Tienes fuego?/Si, tengo fuego. Eh, muchacho, crei que eras un tipo duro. Ves Pablo? No es tan duro./Se me ha caído el pitillo, me das otro?/Claro, como no/ Me das fuego? Y si me tocas te mato......

El Último Boy Scout (The Last Boy Scout, Tony Scott, 1991) es un filme atípico. El guión es malo, la historia inverosímil, los personajes trillados, las interpretaciones flojas, la banda sonora estridente, la fotografía videoclipera, etc. Con tanto lastre es imposible mantener la línea de flotación. Sin embargo el tono canalla, la profusión de diálogos soeces, y ese aire de no tomarse a si misma en serio, hacen de ella una película fantástica, una cult movie de reducido espectro para quienes como yo apreciamos la diversión como valor en el cine. Entre ellas incluyo El Ultimo Gran Héroe y Demolition Man, sobre las que me extenderé en otra ocasión si algún cinéfilo purista no me espolvorea con cal.

"Si me tocas te mato" pasa a formar parte de esas frases míticas pronunciadas por sujetos de dudosa talla moral pero en cierto sentido admirados. Personajes mitológicos que serían despreciados en la vida real, ensalzados por concentrar los focos, o quizás porque exhiben sin tapujos ese pequeño fascista que todos llevamos dentro. Por citar alguno el "Alégrame el día" de Harry Callahan (Dirty Harry, Don Siegel,1971) y el "Me hablas a mi" de Travis Bickle (Taxi Driver, Martin Scorsese, 1976).

Y es que esta es, posiblemente la película más chula de la historia del cine (chula de chulesca, no de chulada). Creo que su guión fue el mejor pagado en su día, lo cual tiene su mérito dado el nivel y teniendo en cuenta que tres cuartas partes del mismo son tacos y el resto tópicos, aunque hay que reconocerle el mérito de dejar algunas frases para la historia, tales como:

- Calentándomela un poco Mike?
- Cómprate un perro.
- Ahora todo lo que hago es perder amigos beber y tirarme a todo lo que respire.
- El cielo es azul, el agua moja y las mujeres tienen secretos, a quien coño le importa.
- ¡Mierda, Joe! ¡Nos está dando una paliza un académico de la lengua!.
- Te lo juro por Dios, si sobrevivo a este puto caso, voy a ponerme a bailar.
- Eres el tío mas tonto del mundo Joe, porque intentas salvar la vida del tío que arruino tu carrera e intentas vengar la muerte del tío que se tiraba a tu mujer.

Bonitas, ¿verdad?. Pobre Joe Hallembeck, le ha tocado ser investigador privado, profesión por lo demás muy demandada en el cine (de hecho en Los Ángeles debe de haber unas páginas amarillas exclusivas para ellos). Obviamente su vida es un desastre, nadie parece quererle y si alguien lo quiere, lo quiere muerto.

Por definición el investigador privado ha de ser un hombre amargado, alcoholizado, expulsado con deshonor de la policía o el ejército, sin familia ni amigos, repudiado, utilizado y amenazado por todos. Supongo que el guionista o escritor que crea al investigador aplica la máxima de que alguien que vive de la vida de otros no puede tener vida propia, y si la tiene ha de ser desgraciada, porque está mal hurgar en los orificios, y más en los ajenos.

Por lo demás, ¿se imaginan como sería el feliz breakfast de la familia Spade, o Gittes?:

- Buenos días papá, ¿de donde vienes, porque no has dormido en casa?

- Nada, he estado haciendo fotos a una ventana de un burdel por encargo de una cornuda desde la terraza de un laboratorio de crack, antes he tenido que arrancarle tres dedos a un informador, sobornar al sereno y pasar un ratito por el calabozo a saludar a los colegas, ¿me pasas la mantequilla, el maíz se está enfriando.....

- Deja tranquilo a papá. La próxima vez ten más cuidado, ya sabes que las manchas de sangre y vísceras no hay quien las ponga en luz, cariño. ¿Te importa llevar a los niños al cole?, tengo una jaqueca horrible....